La compulsión a la repetición.
La compulsión a la repetición es una de las más poderosas fuerzas que van en contra de la cura en el tratamiento psicoanalítico, pero no solamente se manifiesta en consulta, también en la vida diaria, sin que el sujeto sea consciente de ello, generalmente los que sí logran observar esta conducta suelen ser las personas cercanas al paciente, ya sea amigos o familiares, pero ¿qué es la compulsión a la repetición? la frase nos da una buena idea de lo que se trata, es la necesidad que tiene el sujeto de repetir una y otra vez acciones que suelen ser dañinas para su propio bienestar sin percatarse de ello, esta resistencia tiene su origen en el “Ello”, que es la instancia psíquica en donde se guardan los elementos reprimidos, mas no olvidados, son los elementos inaceptables para el sujeto porque le generan un dolor psíquico intolerable, Freud nos da una buena idea de lo que se trata el asunto:
“El analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace.
Por ejemplo: el analizado no refiere acordarse de haber sido desafiante e incrédulo frente a la autoridad de los padres; en cambio se comporta de esta manera frente al médico. No recuerda haberse quedado atascado, presa de desconcierto y desamparo, en su investigación sexual infantil, pero presenta una acumulación de sueños confusos, se lamenta de que nada le sale bien y, proclama, es su destino no acabar ninguna empresa. No se acuerda de haber sentido intensa vergüenza por ciertos quehaceres sexuales, ni de haber temido que lo descubrieran, pero manifiesta avergonzarse del tratamiento a que ahora se somete y procura mantenerlo en secreto frente a todos.” (Freud, 1991, págs. 151-152)
La compulsión a la repetición tiene su razón de ser, es un intento por entender lo que en el pasado y el presente lastima, es decir, es como una oportunidad más que se autogenera el paciente para entender que el camino que esta siguiendo no es el correcto, y que le llevará por el mismo viacrucis , este tipo de repeticiones se pueden ver claramente en las relaciones destructivas en las que ciertos sujetos se ven involucrados, por ejemplo, iniciar y continuar un noviazgo en donde la violencia está presente, sin que se llegue a ser consciente del maltrato al que se está sometido, incluso al sujeto se le hace terriblemente difícil abandonar a la pareja violenta, y cuando por determinadas circunstancias la relación finaliza, ambas parejas vuelven a buscar relaciones destructivas, prácticamente con las mismas características que la pareja violenta anterior, perpetuando así el ciclo interminable, es un intento inconsciente que pone el marcha el sujeto para lograr entender las razones de su elección, pero sin la guía de un profesional muy difícilmente lo logrará.
Ahora bien, hay que señalar también que al sujeto se le hace sumamente difícil abandonar ese tipo de relaciones, porque es lo que durante largos años ha conocido y es ahí donde se siente seguro, en el inconsciente del sujeto aplicaría el dicho “más vale malo conocido que bueno por conocer” sin embargo, el sufrimiento se perpetúa, y al final del día se termina heredando a los hijos lo no resuelto, porque los problemas emocionales son transgeneracionales, vienen desde los padres, abuelos, etc. y se heredan hasta los hijos y los hijos de los hijos, hasta que el paradigma se rompa y cese la repetición, sin ayuda del terapeuta esto generalmente no se da, el paciente necesita un espejo en cual reflejarse, necesita dejar de autoengañarse para afrontar la realidad dolorosa y cesar la repeticón.
Referencias
Freud, S. (1991). Sigmund Freud. Obras completas. Tomo XII. Buenos Aires: Amorrortu.